lunes, 30 de enero de 2012

El Vaticano y nuestra Patria, tan lejos de Dios y con Ratzinger de visita.

Es importante destacar que la visita del Papa Ratzinger, no es conveniente por los tiempos electorales; Jefe de estado o nó, Ratzinger usará el lenguaje no verbal para fortalecer los gobiernos panistas, que se tambalean por su inopia y terquedad en luchar contra molinos de viento que rebasan por mucho las propias expectativas que supusieron al lanzarse a la barranca sin fondo de la "lucha contra el narco y la inseguridad en el país". Y olvidar, pese a todo lo que fue a decir a Davös el presidente "constitucional" de nuestro país, a los muchos mexicanos que viven en pobreza extrema, indígenas o no.

Quieran o no, justifiquen o nó, Ratzinger, se vestirá de "intervensionista" portando en una mano la bandera de  la paz y escondiendo en la otra, las ordenes a los grupos más recalcitrantes del catolicismo "cristero" que busca  por fin, establecer un Estado Confesional en nuestro territorio. No hay que dejar de ver el rumbo y las resoluciones de la Ley de Cultos y sus anexos, que ya permiten actividades religiosas en las escuelas.

Comparto con ustedes las "justificaciones" que hace la editorial del Semanrio "Desde la Fe" que es más que nada un esfuerzo "patas pa'rriba" para distraer lo que todos vemos: Las intenciones de la curia mexicana y de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quién so pretexto de su condición de Jefe de Estado, lo recibirá con protocolo oficial; Eso no es  el inconveniente: El inconveniente es lo que hablarán en lo oscurito, en los pasajes oscuros de los Pinos y donde no habrá testigos, ahora, de los "acuerdos" que tendrán entre El Vaticano y nuestra Patria, tan lejos de Dios y con Ratzinger de visita.


Editorial: La Visita del Papa Benedicto XVI
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El acontecimiento de mayor importancia para la Iglesia católica de México en este año 2012 es, sin duda alguna, la visita pastoral que realizará el Santo Padre Benedicto XVI a nuestra patria los días 23, 24 y 25 de marzo a la Arquidiócesis de León, Guanajuato. Como toda visita pastoral del Sumo Pontífice tiene la finalidad de confirmar en la fe y en la unidad a la Iglesia, siendo portador, como él mismo lo expresó desde la Basílica de san Pedro, de “la Palabra de Cristo… con la convicción de que éste es un tiempo precioso para evangelizar con una fe recia, una esperanza viva y una caridad ardiente”.

Al visitar un lugar de nuestra nación, está visitando a la nación entera, desde allí se dirige a toda la Iglesia Católica y a todos los que quieran escuchar su mensaje. Llega además a un lugar muy significativo para la vida católica de México, para su cultura cristiana y su desarrollo independiente: el Bajío,  conformado por un amplio territorio que comprende los estados de Guanajuato, Querétaro, parte de Michoacán y Jalisco. Territorio que el Papa Peregrino, el Beato  Juan Pablo II no pudo recorrer en sus cinco visitas. Como un homenaje a las naciones latinoamericanas que han celebrado el bicentenario de sus independencias, el Papa llega al centro del movimiento independentista de nuestra patria; llega también al corazón del México postrevolucionario que expresó su fidelidad religiosa con la generosa y emotiva devoción a Cristo Rey.

El Papa no solo representa la más alta autoridad de toda la Iglesia católica, sino que también es considerado como uno de los personajes de mayor estatura moral en el mundo, siendo igualmente Jefe del Estado Vaticano que mantiene relaciones diplomáticas casi con todas las naciones de la tierra, incluyendo a nuestro país; por ello será recibido con gran deferencia y respeto por las autoridades del gobierno mexicano, como será recibido también, tres días después, por las más altas autoridades de Cuba, segunda escala de su viaje. Un encuentro con el Presidente de la República en su carácter de Jefe de Estado, distintos encuentros con los fieles y con obispos de México y Latinoamérica serán los momentos principales de su visita, donde tendrá ocasión de expresar su palabra para colaborar a la paz y la reconciliación como creyentes y como mexicanos.

Es lamentable que algunos analistas del escenario político y religioso de México saquen conclusiones disparatadas o mal intencionadas sobre los motivos y consecuencias de una visita tan importante y tan claramente definida por sus razones pastorales y religiosas. En nada ayudan a la comprensión y valoración de la visita del Papa a México aquellas opiniones que rayan en lo ridículo señalando que viene a apoyar gobiernos o partidos políticos, o llegan al absurdo diciendo que quiere una reivindicación por la persecución religiosa del siglo pasado. Menos merecen nuestra atención quienes piensan que detrás de la visita hay motivos económicos.

El Papa Benedicto XVI ha hecho una gran distinción al visitar nuestro país siendo que era esperado antes en muchos otros en toda Latinoamérica. Hace un esfuerzo enorme para trasladarse personalmente a nuestra Tierra a sus 84 años, con la fragilidad propia de la edad y de la entrega que como Sucesor del Apóstol Pedro ha realizado por casi siete años. Manifiesta, una vez más, su gran visión y su oportunidad para hacer presente el Evangelio de Jesucristo. El pueblo mexicano sabe recibir con generosidad y respetar a quien merece respeto. La Iglesia católica de México sabe escuchar y amar al Papa. Lo esperamos con alegría y con profunda devoción.



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